Mundo Crudo
QUIENES SOMOS?
Marca de ropa nacida
en Medellín Colombia
comuna 13.
exaltamos la vida real,
los héroes del día a día,
guerreros callejeros y
campesinos, somos mas
que cocaína, plástico y violencia;
creemos en la revolución
de comunicar con arte.
Nuestra historia
En 2007, Nelson Alonso Ochoa Velez fundó su primera marca de ropa: Medellín City, como una forma de expresar las dualidades de su ciudad: amor y odio, riqueza y pobreza, héroes y villanos.
Trabajó como eléctrico, mensajero e instalador de cámaras en una prisión de máxima seguridad para ahorrar lo necesario y seguir adelante con su proyecto. Con determinación y creatividad, comenzó a vender su ropa mientras estudiaba animación digital para ampliar su capacidad de comunicación.
La necesidad de contar la cruda realidad de su entorno llevó a Nelson a transformar Medellín City en Mundo Crudo, una marca registrada que se unió al Graffitour de la Comuna 13.
Esta iniciativa de jóvenes artistas busca mostrar el lado humano y artístico de la comunidad, utilizando los muros que alguna vez fueron testigos de violencia para narrar historias de esperanza y transformación.
Con la esperanza de conquistar sus sueños en un nuevo continente, Nelson viajó a Europa, dirigiéndose a Suiza para encontrarse con sus tres socios.
Sin embargo, lo que encontró no fue lo que esperaba.
Tras una serie de malentendidos y desilusiones, decidió mudarse a España y empezar de cero.
Habiendo vendido todas sus máquinas y su hogar en Colombia, Nelson se enfrentó a la realidad de tener que reconstruir su vida desde el principio.
Nelson Alonso Ochoa Velez
En medio del auge de la violencia, el narcotráfico y la guerrilla en Colombia, el 1990 fue un año marcado por el caos y el miedo. En ese turbulento contexto, en el barrio Robledo El Diamante de Medellín, nació Nelson Ochoa Vélez, el tercero de los cuatro hijos de Gabriel Ochoa y Ángeles Vélez. Aunque su barrio estaba lleno de alegría, la guerra entre el estado, los Pepes y el infame Pablo Escobar Gaviria ensombrecía la vida diaria.
Buscando un futuro mejor para su familia, Gabriel y Ángeles se mudaron a la Comuna 13, sin saber que este lugar se convertiría en un campo de batalla. En los años siguientes, la Comuna 13 sería el epicentro de una lucha encarnizada entre guerrillas, paramilitares y el ejército colombiano, culminando en la brutal Operación Orión en 2002.
Nelson, apenas un niño de 12 años, vio a muchos amigos y familiares desaparecer en el conflicto, marcando su vida para siempre.Para escapar de la violencia, Nelson se refugió en el arte, aprendiendo a dibujar junto a su padre. Sin embargo, en 2007, una tragedia golpeó nuevamente cuando su padre murió de un infarto durante un paseo familiar.
Ángeles, ahora viuda y desempleada, quedó a cargo de tres hijos y una hija.
A pesar de las dificultades, Nelson encontró en el arte una forma de revolución y expresión.Aunque estudió cinco semestres de diseño de moda, la falta de recursos económicos obligó a Nelson a abandonar la universidad y trabajar como electricista, una habilidad que había aprendido de su padre.
Sin embargo, su pasión por el diseño no se extinguió. En las noches, después de largas jornadas de trabajo, se sentaba frente a un viejo ordenador para crear diseños y dar forma a su sueño.